7.5.11

Ella y él




Las palabras rondaban en su mente como un canto celestial purificante: “...en la salud y la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe”. Julia tomó la mano de su amor que yacía perpendicular al púlpito de la iglesia ante un coro de niños entonando el Ave María, se aferró a él con ojos nostálgicos mirándolo fijamente, mientras le decía por lo bajo: - Sí acepto, aunque ni la muerte nos separará.

Después el estruendo, los gritos, un silencio sepulcral que lo cubrió todo ante su cuerpo tendido junto al féretro.

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