1.10.11


En este lecho dejo mi rosa muda,
levanto el símbolo de la crudeza
pernoctando en la blanca nube...
corro el velo de la cruel aspereza.

Amor que no evade el rojo labio,
lado central apunta a la espina;
mirada perdida del viento silente,
mente en gris, la ladera se empina.

Siento respirar humos de gran vacío,
amado termina de observar mi reino;
acaricia mis alas de negro plumaje,
deja que mi gemido en ti sea eterno.

Cruzando horizontes de mil caricias,
muero en el misterioso eco resonante;
desierto en el río que fluye sin cascada
esperando el reposo del fiel amante.

Alcanzar el minuto colado en el mármol,
solo tu altanera capa calienta mi llanto;
tarde es la carrera después del ocaso,
aprisiona mi alma que vivió....
... ¡y te amó tanto!

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