7.11.11

Añorando el ayer


He llegado hasta el atrio de húmedas baldosas
resbalan mis recuerdos bajo lluvia copiosa,
con aroma de rosas que regresa a mis fosas
revive la añoranza de una infancia dichosa.

Retratado en mi mente aquel ayer distante;
casa de los abuelos, alegría constante,
escucho sus pisadas en raídos maderos,
ellos fueron testigos de un hogar modelo.

Los mismos azulejos desteñidos al tiempo,
aún deteriorados siguen fiel a su dueño,
fueron muchos los años que resistir pudieron,
por ellos transitaba cada día el abuelo.

Sobreviven palmeras en grandes macetones,
como huella sombría que adornaban rincones,
rogando ser regadas con clemencia de lluvia,
para seguir erguidas entre tanta penuria.

He llegado hasta el atrio y vuelvo la mirada,
se me agolpan recuerdos de vivencias pasadas,
en escombros encuentro lo que fue nuestro lar
donde viví la infancia que vuelvo a recordar.

Añorando el ayer recojo mis pisadas
siente pena mi alma, se aleja destrozada,
sólo se lleva el eco de fiel y vieja aldaba,
que guarda en su sonido tantas huellas preciadas.


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