4.1.12


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Tragaré las letras que brotan de mi mente para que lleguen cubiertas de sangre al corazón. Me hambrearé de ti... y cuando la carne se pegue al hueso, mi aliento se alimentará del tuyo, hasta que mi vida sea en ti.
Muerte a la carroña de las letras que me hacen pensar en ti. Bienvenidas las sombras de tu vaga mirada que no me encuentra, derrota maldita, tinta perdida entre los labios de tu imagen que no me deja dormir.
Poesía que muere a su andar callado girando en su obsoleto corazón.
Llama cien veces en esta puerta, que el infierno espera, para terminar de odiar a toda tu creación... a toda tu, que eres mi musa y agonía.


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