21.2.12


Si tú supieras cuantas veces
mis labios quisieron gritarte
¡cuánto te quiero!,
más las palabras se quedaban
atragantadas en mitad
de la garganta,
y aunque te hablaba mi mirada
nunca jamás llegaste a ver
lo que decía,
pues la tuya andaba perdida
en las fronteras del olvido
por otra historia.



Si tú supieras cuantas veces
mis brazos buscaron los tuyos
¡para abrazarte!,
más las manos se engarrotaban
a todo lo largo del cuerpo
con desconsuelo,
y aunque te abrazabas a mí
nunca notaste ni el más leve
roce de piel,
pues los tuyos sólo buscaban
un perímetro de consuelo
entre los míos.





Si tú supieras cuantas veces
mi mente quiso echarte de ella,
¡para su alivio!,
más el cariño se plantaba
en el mediano de sus puertas
para impedírselo,
aún en contra de la lógica
que el tiempo y la distancia puso,
persiste hilando
sueños en la noche a sabiendas
que quizá los tuyos caminen
por otro rumbo.


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