Ávidas tengo las manos de tocar tu rostro dormido
Y acariciar tus cabellos hasta que despunte el albor.
Y en emoción arrobadora salen de mi aliento lirios
Que perfuman tus sueños para que duermas mejor.
¡Oh! amante que duermes calmo en la placidez ambiente
Seguro que aún sientes los vestigios del amor
Que hace instantes prodigamos uno al otro en alegría
Pues en tu cara dormida tu boca sonriente quedó.
Poco a poco me iré durmiendo acurrucada a tu cuerpo
Donde aún no se ha apagado todo el fuego del volcán
Que sobre mí derramaste con una pasión loca
Y si dormido me tocas, volveremos a empezar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario